Hace más de 20 años emprendí en este apasionante mundo dedicado a la decoración y los regalos con globos. Invertí mucho tiempo y dinero en un tipo de negocio muy novedoso. De hecho fui pionera en Málaga con una tienda en la que se ofrecían regalos en los que el producto estrella era el globo. Sentamos un precedente en España y muchas otras tiendas abrieron después tomando como referencia este modelo de negocio, a raíz de de que TVE1 nos hiciera un reportaje en el programa «Comando Actualidad».
Lo curioso de esto es que ciertamente hubo un boom de tiendas de globos. Luego muchas de ellas han cerrado y otras tantas están en proceso de hacerlo. Con lo que toca preguntarse, ¿es realmente rentable el negocio de los globos? Hoy te voy a responder a esta cuestión de forma muy clara…
Negocio o hobby
Una idea de negocio es ese servicio o producto, existente o creado, al que se le aporta una propuesta de valor (solución) para el mercado al que se enfoca y, en consecuencia, puede generar beneficios económicos para el impulsor y un beneficio real para el consumidor.
Hobby es un entretenimiento, por el que no percibimos ninguna compensación económica.
Para dedicarse al mundo del globo, no sólo hay que conocer las técnicas. Saber hacer una columna, un arco, un muñeco, un bouquet… está muy bien. Pero un negocio va más allá. Hay que hacer un plan de empresa y tener en cuenta muchos factores. Valorar si se va a tener tienda física, empleados, furgoneta… Qué productos y servicios vamos a ofrecer. Cuáles son nuestros gastos fijos y cuáles son los gastos de circulante. Aprovisionamiento. Marketing. Público objetivo. Nuestro DAFO. Establecer tiempos para recuperar la inversión realizada… El tener en cuenta todo esto, es lo que va a sentar las bases reales de nuestro negocio.
El tema de los globos es muy bonito, para algunas puede llegar incluso a «engancharles» y disfrutar tanto con ello que al final trabajan horas y horas sin llegar a darse cuenta o valorar el tiempo que están empleando en ello. Porque no nos olvidemos de que no sólo hay que tener en cuenta los gastos de material, sino muchos otros factores, como el tiempo que es un valor muy a tener en cuenta y que precisamente en este negocio pocas personas valoran.
Puedes disfrutar mucho de tu trabajo, pero si no cobras por ello o no cobras lo correcto, siento decirte que lo que tienes montado no es un negocio, es un hobby o entretenimiento.
Poner precio a tu trabajo
Poner precio a nuestro trabajo es una de las cosas que más cuestan. El trabajo puede ser muy bonito, claro. No es lo mismo estar en un sitio agradable, inflando globos y haciendo por ejemplo una preciosa decoración con globos y flores para una boda, que estar picando piedras a pleno sol. Pero, aunque amemos lo que hacemos, tenemos que saber cobrar por ello y valorar muchas otras cuestiones: si hay que hacer un diseño previo, la visita técnica al sitio si fuese necesario, si es un trabajo al aire libre o en altura, si hay que alquilar estructuras o maquinaria, el kilometraje, las horas de trabajo empleado, el material que se va a utilizar… pero no sólo eso, sino que además, tendremos que repercutirle un porcentaje de los gastos fijos que tenemos al mes. Y, por supuesto, tener en cuenta el porcentaje de beneficio que queramos aplicar.
Los «extras»
¿Cuánto cobra un cerrajero por trasladarse a tu casa un sábado a las 7 de la mañana?, ¿y un pintor un domingo a las 20h? ¿Has pensado que incluso los comercios cierran los domingos y festivos? Pero nosotros, los decoradores, nos trasladamos alegremente a hacer una decoración de Comunión un domingo bien temprano o una boda un sábado bien tarde o incluso de madrugada. Pero, ¿cobras por ello y cuánto? porque estarás conmigo en que no es lo mismo hacer una decoración un miércoles a las 17 h que un domingo a primera hora en un hotel porque el evento empieza a las 8h de la mañana.
Los decoradores hacemos montajes de noche, de madrugada, a primeras horas del día, cualquier día de la semana, y en cualquier sitio. A pleno sol, en altura, con viento o con lluvia… y eso, querid@s tiene que verse recompensado de alguna manera. No podemos pasarlo por alto.
Profesionalidad y cualificación
Ahora eso sí, igual que te hablo de saber cobrar bien un trabajo, también es fundamental que le ofrezcas un servicio de calidad a tu cliente. No basta, con ver varios vídeos por internet. Últimamente se ha puesto de moda la decoración orgánica y muchos se empeñan en hacer un batiburrillo de globos y cobrar aleatoriamente por ello. Sin prestar atención al espacio, el diseño, sin conocer los principios del color, el equilibrio… y eso es un auténtico error. El buen decorador se forma, se recicla. Avanza. Practica. El cliente merece un trabajo de calidad, va a pagar por ello y quiere un resultado exquisito y perfecto. Máxime cuando confían en nosotros para sus días más importantes.
La decoración, como ves, no es sólo inflar y anudar.
